KARINA NORIEGA: “Cuando elegimos un libro es porque tiene algo para decirnos”
AGRADECIMIENTO
A Kari por sumarse, desde el primer momento, con generosidad, predisposición, humildad, cariño y propia musicalidad. Características que no abundan. Y por ser el hada madrina de este proyecto (de comunicación) literario.
PRÓLOGO
“Sólo quienes pueden admitir la luz en sus entrañas pueden expresar lo que hay en el corazón”
Henry Miller
Karina Noriega es periodista y escritora. Pero, por sobre todo, escritora. Escribió y escribe. Escribió guiones. Escribió en el Suplemento Sí, de Clarín. Es Editora de revista Gente. Escribió una novela: Punta del Este. Y ahora va por su segunda. Escribió capítulos que quedan en la historia (personal). Escribe con pasión y con el corazón. Se entrega. Se entrega a través de sus páginas. Se permite volar. Y disfrutar (del vuelo). Le gusta la música, y es música. Y, como si hiciese falta algo más, es una indómita lectora. Ella es nuestra (primera) chica que lee -y escribe- por excelencia.

Crédito: Germán Sáez
PRIMERA PARTE
“Los libros son una de las pocas cosas que los hombres atesoran profundamente. El libro enriquece al que se apodera de él con toda el alma, pero enriquece tres veces más al que lo analiza”
Henry Miller
¿Qué relación especial tenés con los libros?
Cuando era chica tenía algo increíble, aunque, ya se me pasó. Era esa típica avidez de querer saber los finales, de chequearlos, de ver las últimas páginas. No me aguantaba. Después te das cuenta de que el placer está en el durante, en ese viaje para adentrarse bien en la historia. Uno va mejorando con el tiempo. Ahora pienso que si el libro no te copa podés no terminarlo, no es una obligación ni siquiera por haberlo comprado. No siempre puede ser interesante para uno, quizás, por el momento que estás atravesando. De última, se lo podés regalar a otra persona que le interese. Recuerdo que algunos de los primeros libros que no terminé de leer, incluso, fueron de autores que me gustan mucho, como Tom Wolfe. Por ejemplo, me ocurrió con Soy Charlotte Simmons, me dije: “Ay qué extraño todo esto” (risas).
¿Cuáles son tus primeros recuerdos de lectora indómita?
Mi mamá leía mucho porque hacía cursos de literatura inglesa, entonces siempre había libros de Oscar Wilde. Además, como era parte del club de lectores, le llegaba venta por catálogos. Ella leía libros de Ana Bolena, bien de drama. Yo recuerdo agarrarlos, leerlos completos. Mi primer libro fue Mujercitas, me encantó, me fascinaba el poder de las mujeres. Imagino que se estaba gestando una cosa previa a la adolescencia, y al amor. Me gustaban las historias de la realeza. También, a la par, podía leer las aventuras de Marco Polo que cruza lo periodístico. Siempre tuve avidez total, así que cualquier cosa que caía en mis manos lo tenía que leer, no importaba si se trataba de fascículos de ciencias, de historia o capítulos de la Biblia que venían con el diario. Si llegaban a mi casa yo los tenía que leer.
Al escucharte es imposible no asociarte con una gran sensibilidad…
Pienso que hay libros que a uno se le hacen carne cuando hablan de vos. Es una manera de apropiación. Uno se “encuentra” y se hace un análisis por completo, sobre todo, si subraya y marca. Creo que cuando elegimos un libro es porque tiene algo para decirnos, para mostrarnos y, de cierta manera, cómo resulta esencial vivir ese momento que se traduce en esa lectura particular. Con el tiempo uno se da cuenta de porqué estaba leyéndolo.
Existe un hábito muy recurrente entre los lectores. Siempre nos interesa saber qué leen los otros para tejer un mapa de lectura que nos reúna a todos. ¿Qué libros estás leyendo?
Leo muchos libros a la vez. Actualmente, cuatro. Aunque reconozco que estoy un poco vaga y voy dejando varios (risas). Uno es Sexus, de Henry Miller; confieso que lo empecé hace un montón, pero es bastante grande, y no tengo tanto tiempo como quisiera. También, A propósito de Godard, de Harun Farocki y Kaja Silverman. Son charlas con un análisis súper específico, escena por escena, sobre algunas películas de Godard. Me encanta su cine, es impresionante. Por ejemplo, de Le Mépris (El desprecio) y sobre la imposibilidad de entender el amor, y qué es imposible en el amor. Otro libro es Las bailarinas no hablan, de Florencia Werchowsky. Es una prosa divertida, ágil y muy etérea; con cierta cosa de las bambalinas del Teatro Colón, pero sin caer en lo más espectacular o banal, se queda en una mirada muy íntima. De ella ya había leído El telo de papá. Tiene una voz muy linda. Me encanta cómo escribe. Además, estoy con la última parte de Sumisión, de Houellebecq. En el medio llegan novedades que te dan ganas de leer. Soy de las que creen que algunos libros nos acompañan durante un largo tiempo. Me gusta esa temporalidad. Me pasa con Henry Miller y Anaïs Nin. Retomo sus diarios siempre. Me siento re acompañada por ellos.
Hablando entonces de compañía y entendiendo que un libro es cariño en letras ¿Qué ejemplar/es no pueden faltar en tu biblioteca?
Henry Miller, su mujer y yo, de Anaïs Nin, sí o sí. Si bien leí todas sus cartas y las de Henry Miller, este libro está enfocado en Anaïs. Creo que el amor es eso, no pienso que haya más belleza posible que una escritora enamorada, y toda su sensibilidad. Pienso que es el súmmum. Hay cierta conexión con los sentimientos y con un mundo de sensaciones; ese modo tan intenso de vivir, de lanzarse y escribir sobre lo que le pasa. Es algo que me súper influyó en ciertos tramos de la novela que estoy escribiendo. Su escritura es muy significativa para mí, y la sigo disfrutando.
Inevitablemente, lo que leemos nos constituye. Si tuvieses el poder de husmear bibliotecas de otros escritores. ¿Cuáles elegirías?
Por supuesto, adoraría ver la biblioteca de Oscar Wilde. También, de todos los poetas románticos como Lord Byron. Sobre todo, me encantaría ver toda esta cosa epistolar con la cual insisto, esas cartas perdidas de amantes inconclusos. Hace un tiempo leí una nota muy interesante de Murakami, a quien en su momento no leí tanto, y me encantó sobre cómo hablaba de sus lecturas. Me gustan los escritores hablando sobre otros escritores. Sucede como cuando uno entra a la música porque otros músicos recomiendan discos.

Crédito: Germán Sáez
SEGUNDA PARTE
“El papel de un escritor no es expresar lo que todos podemos expresar, sino lo que somos incapaces de expresar”
Anaïs Nin
Además de ávida lectora y de periodista, sos escritora. ¿Qué significa escribir?
Escribir es ser una pasajera en tránsito. Es estar en las nubes. Claramente, estás volando. Es muy difícil estar con los pies sobre la tierra porque estás fantaseando, imaginando y creando. Me parece casi lo mismo que viajar. Escribir es como soñar. Me fascina esa analogía, pero es algo real. Uno se siente así cuando escribe, sobre todo, si conecta con cosas personales o si habla sobre ello.
¿Qué pensás que podés plasmar con la escritura que no podés hacer con ningún otro arte?
Es como una vibra. Pienso que pocas veces podemos poner en palabras lo que hablamos con otro. Creo que las palabras pueden salir, únicamente, de la soledad. Es una especie de catarsis, de algo más íntimo con uno. En la escritura siento que soy yo de verdad. Es extraño, pero me parece más natural estar escribiendo que hablando. Pienso que cuando uno está frente a otro hace una especie de construcción porque el cuerpo, también, habla. En cambio, cuando uno escribe, al menos en mi caso, no. Obviamente me gusta la musicalidad, lo bello, y encontrar un lugar en el que esté cómoda. Sin duda escribo, borro y vuelvo a escribir. Me encanta hacer esa alquimia. Uno aspira a poder llegarle a otro de ese modo, con alguna frase, con alguna idea, con historias…Pero, por sobre todo, pienso en mí, en qué me pasa y en lo que me pasa cuando escribo. Busco encontrarme. Sé que es un lugar común, pero uno se desnuda al escribir. Estamos ahí. Estamos escritos. Somos más lo que escribimos que lo que decimos. Hay una frase genial que dice que para entender la historia de un escritor basta, solamente, con la cronología de sus libros para ver esa intelectualidad que nos presenta y que va dejando huella.
Escucharte es escuchar hablar de la escritura desde un lugar de total honestidad, la misma que se refleja en Punta del Este, tu primera novela…
Para mí era divertido que ese primer libro hable sobre ese mundo. Más lo conocía, más me generaba horror y fascinación, y quise mostrarlo. Evidentemente, fue una necesidad. Es como si me hubiesen inyectado jet-set. (risas) Como el modo de comunicarlo, desde el periodismo, es muy estandarizado, me parecía gracioso trabajar con esa materia. Me divertía armar un relato y poder contarlo. Siempre sentí curiosidad por esa banalidad, me atrae y no reniego para nada. A veces está subestimado. Pero, hay muchas líneas, sobre todo en literatura, que lo retoman. Ya lo dijo Truman Capote: “Toda literatura es chisme”. Al final no se trata de vivir algo fantástico sino de cómo uno lo percibe, lo lee y cómo lo puede contar.
Si bien en Punta del Este todo ocurre en cualquier momento es una ciudad que parece “vivir” de madrugada, y un dato curioso es que tu libro fue escrito de madrugada…
En el caso de Punta del Este robé sueño porque no tenía otro momento para escribirlo, pero no sólo por esto, sino porque la madrugada te ampara. Me encanta porque es ese silencio donde estás vos sola. En su momento pude entregar ese tiempo a la escritura. Si bien encontré este modus operandi, ahora me resulta difícil. Igual amo escribir de madrugada. Aunque ahora, también, me gusta con el sol, con la luna, con un montón de cosas que te cambian. La fantasía que uno tiene es que el escritor dedica parte de su vida a esto y se pone una cantidad de horas para escribir. En mi caso no lo puedo hacer porque trabajo todos los días, pero, igualmente, tiene que ser majestuoso el momento de la escritura. Me sorprende haber estado tan acostumbrada a algo y que se me hayan dado vuelta los horarios. Puede ser que, también, ahora esté en un momento de mayor luz, donde al menos permito que entre la luz.
¿Creés que hay una evolución entre tu primera novela y la que estás escribiendo?
Tal vez la evolución es conmigo misma, en profundizar más porque quiero profundizar. Quizás porque estoy más preparada. En esta nueva novela me animo a mostrarme un poco más de otra manera, con historias que me representan. Una mayor conexión. Disfruto de esa alquimia, es como decir: quiero vivir en el mundo que escribo. Es algo muy diferente a mostrar lo descarnado, lo que a nadie le interesa, las miserias.
¿Pensás que sos capaz de aburrirte de todo menos de escribir?
Ay, sí! Soy de las que me re aburro enseguida. Si bien podría activar muchas cosas, a veces, no lo hago por eso. Siempre prefiero hacer unas pocas, pero hacerlas bien. Cuando me acercan alguna propuesta tengo que estar convencida, de hecho no acepto muchas. Ojalá nunca me aburra de escribir. Pienso que mientras me guste el tema que estoy escribiendo siempre va a haber ganas para disfrutarlo. Sin duda, es lo que más me encanta hacer y donde más me encuentro.
Recuerdo que apenas nos conocimos me dijiste que “El verano es un estado mental”
(risas). Sí! Tal vez el verano es el momento en que uno se deja más ser, donde todo puede pasar, donde todo es efímero. Me divierte rescatar esa especie de luz. Es parecido a estar ligeros de ropas y de sentimientos. Me parece un estado de libertad absoluta que deberíamos proveernos todo el año; y no porque no me encanten otras sensaciones, que tienen que ver con el otoño o con el invierno, desde ya todos los momentos tienen lo suyo, su música. En mi caso soy muy de playlist de estaciones. Pero, prefiero un verano permanente que un invierno crudo y cruel (risas), tal vez porque estoy muy optimista. Espero que todo siga así, por mi lado luminoso.
EPÍLOGO
Su anécdota con Patti Smith (una favorita)
“Fue en un Personal Fest, no recuerdo exacto en qué año. Estaba trabajando en la radio Kabul y hacíamos la transmisión de todo el festival. Me tocó sacarla al aire, tenía unos nervios bárbaros. Entré al camarín, me abrazó con dulzura. No me llevé ninguna foto. Por ahí es de una de las únicas personas que me arrepiento, pero no soy de las periodistas que se sacan fotos para nada con nadie. Con ella si me hubiera gustado. Me regaló un montón de pins, me habló maravillas, me dio la mano re fuerte. Charlamos un ratito igual porque era para un móvil breve porque tenía que subir al escenario. Fue un momento mágico”
APÉNDICE
¿Dónde encontrar a Karina Noriega?
En #Twitter: Lady Malibu
En #Instagram: Srta Maliboo
En las páginas de Punta del Este. Editorial Planeta.
6 comentarios
Felicitaciones sorella!!!!! Que bueno q escribas sobre algo que te gusta tanto!!! Éxitos miles!!! Te quiero! ♥
Gracias Sil!! <3 Bendita sea la lectura. Te quiero mucho! Beso enorme!
Aplausos de pie!!! Te felicito Cin!! La chica de los medidos!! Bien por esos logros!!
Hermosa pagina, hermosa entrevista!!
Éxitos!!!
Beso enorme!!
Gaba♡
Sos un amor, Gaba! Y siempre estás! <3 Gracias por todo! Beso enorme!
Me encantó!!!! Me robó el corazón con el bonus track con Patti y ahora quier conseguir su libro!.
Besos, Éxitos y más notas!
Marga
Marga de mi corazón! Muchas gracias por el mensaje, y por tu apoyo constante! Te quiero mucho!
pd: al libro si no lo conseguís te lo presto yo. Pero leelo <3